martes, 15 de junio de 2010

Son tus labios.

Te veo venir, te acercas, me miras y el simple roce de tus labios hace que mi cuerpo arda en deseo. Siento su caricia en mi piel, como se deslizan suavemente sobre mi cuello, como presionan sobre mi piel haciéndome perder la razón. No puedo, es superior a mis fuerzas, me dejo llevar por las sensaciones gozosas que desatan en mí, no necesito verte, sólo quiero sentirlos otra vez en mi piel. Tú continúas, no tienes prisa y deseas ir palmo a palmo, te haces amo y señor de mi piel, se ha rendido a las caricias con que la agasajas, al dulce cosquilleo que siente en cada uno de tus acercamientos. Sólo hay una realidad para mí, tú sobre mí y el goce infinito que me proporcionan tus labios en mi cuerpo. Los rozo con los míos, los saboreo, saben a ti y a mí, a la mezcla de los dos, a mi lengua, que los toca inquieta. Los muerdo, estiro uno de ellos, lo absorbo con los míos. Me gusta su grosor, son unos labios potentes, carnosos. Puedo recrearme horas viéndolos, degustándolos, haciéndolos míos por unos instantes.Chupo mis labios con la lengua, están secos en este instante, necesitan la humedad de los tuyos, requieren de su contacto para estar más vivos.

Cierro los ojos e intento sentirlos sobre mi cuello, sobre mi piel..

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